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miércoles, 22 de abril de 2015

El salto del Cetorhinus

Foto: Marine Discovery, Penzance, tomada de westernmorningnews.co.uk.

El peregrino o Cetorhinus maximus es un tiburón tranquilo, de movimientos lentos, parsimoniosos. Suele verse cerca de la superficie avanzando a una velocidad de entre 2 y 5 km/h con la enorme boca bien abierta para filtrar el agua de mar (es lo que se denomina filtración ram: véase Devoradores de plancton). Pero lo que no mucha gente sabe es que el pez más grande del Atlántico norte es también capaz de realizar saltos espectaculares, y con tal potencia que su cuerpo puede llegar a salir totalmente fuera del agua, hasta 1,2 metros por encima de la superficie.

Un estudio¹ revelaba que para pegar esos saltos el peregrino debe alcanzar una velocidad vertical de aproximadamente 5m/s (unos 18 km/h)... ¡la misma que el gran tiburón blanco! Abajo podéis observar el esquema de un salto o breaching de un peregrino de 8 m desde una profundidad de unos 30m.

TBF: Frecuencia de golpes de la caudal; CoM: Centro de gravedad. Fuente: E. M. Johnson, L. G. Halsey, N. L. Payne et al. Biology Letters, 2018 (material suplementario).
No existe una explicación definitiva para este sorprendente comportamiento. Algunos autores han propuesto, en mi opinión sin mucho convencimiento, que tal vez su finalidad es desembarazarse de ectoparásitos tan molestos como las lampreas (Petromyzon marinus), una teoría que pierde peso en favor de una explicación que lo vincula con el comportamiento reproductivo. Al fin y al cabo, el gasto energético que comporta el breaching es desmesurado en relación a la pequeña recompensa que supone librarse de semejantes bichejos, por muy repelentes que resulten.

Foto: Explore Mull.
En las costas británicas, donde cada año en primavera y verano acuden los peregrinos en grandes (y envidiables) números, David Sims ha observado que este comportamiento se produce sobre todo cuando se reúnen grupos de tres o más individuos, y que son normalmente los ejemplares de gran talla quienes lo practican, en ocasiones realizando varios saltos consecutivos en intervalos de pocos segundos mientras el resto del grupo permanece de lo más tranquilo y relajado. Una de las hipótesis que el equipo de observadores se planteó en un primer momento fue que tal vez se tratase de una forma que tienen los machos de competir entre si por una hembra. Pero ocurrió que el único ejemplar cuyo sexo pudieron distinguir fue precisamente una hembra, que pegó un salto a unos 7 m de su lancha. La hipótesis siguiente fue que a lo mejor así es como las hembras anuncian su disposición para el apareamiento. Quién sabe.
     Por su parte, observaciones realizadas del otro lado del Atlántico, en Nueva Escocia, parecen confirmar que el breaching está vinculado a la actividad reproductiva, pues se producía en grupos en los que se había detectado un claro comportamiento de cortejo: natación en paralelo, en filas de a uno, etc.

Parece que no solo los grandes tiburones practican el breaching. Este ejemplar indudablemente juvenil fue fotografiado en Escocia. Imagen tomada del blog thewhiskyodissey.net
Sea como fuere, a la vista de lo anterior, es más que recomendable que todo frágil bañista o mirón situado en las inmediaciones de un grupo de peregrinos se mantenga alerta y se aleje inmediatamente cuando observe que alguno de estos maravillosos gigantones decide ponerse en acción. Solo tenemos noticia de una desgracia causada por un aterrizaje en el lugar equivocado: ocurrió antes de la Segunda Guerra Mundial, en el Firth of Clyde, Escocia, cuando un Cetorhinus cayó sobre una barca y sus tres tripulantes murieron... ahogados.

Foto: Anthony Robson.
Pero no nos pongamos trágicos. Este pequeño artículo está hecho para compartir un día especial con todos vosotros. Como en todo en la vida, solo es cuestión de ser prudentes... y de aprender a nadar.

Y para terminar una de las fotos más extraordinarias que he visto en mucho tiempo.

En Baltimore Harbour, West Cork, Irlanda. Foto de Youen Jacob.

[Actualizado el 14-IX-2018]

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¹Emmett M. Johnston, Lewis G. Halsey, Nicholas L. Payne, Alison A. Kock, Gil Iosilevskii, Bren Whelan & Jonathan D. R. Houghton (2018). Latent power of basking sharks revealed by exceptional breaching events. Biology Letters, 14:9. Doi: 10.1098/rsbl.2018.0537

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