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jueves, 16 de enero de 2014

Vieja noticia sobre un nuevo tiburón duende

Por esos mundos fue una magnífica revista de divulgación geográfica y científica. Fundada en el lejano 1900, contenía relatos de viajes y de aventuras exóticas, textos literarios, noticias y novedades científicas, etc., todo ello profusamente ilustrado con fotografías. Formaba parte de la conocida como "prensa de tijera", esto es, revistas que tomaban de publicaciones extranjeras cualquier noticia o asunto que los redactores considerasen de interés para su público, como es el caso del pequeño reportaje que hoy os presento aquí. 
      Como veis, habla del descubrimiento en Japón de una supuesta nueva especie de tiburón duende, bautizada como Scapanorhynchus jordani. Es posible que una de sus fuentes haya sido el artículo, hoy ya un clásico, que Louis Hussakof publicaba el año anterior, 1909, en el Bulletin of the American Museum of Natural History (vol. 26, artículo 19) casi con idéntico título: "A New Goblin Shark, Scapanorhynchus jordani, from Japan". En general, el contenido está correctamente resumido y las fotografías son las mismas, excepto la imagen ventral de la cabeza del Scapanorhynchus, que no aparece en el artículo de Hussakof.
      Sea como fuere, este pequeño reportaje resulta extraordinariamente interesante por dos motivos. Primero porque demuestra que en este país hubo una época en que la gente se interesaba genuinamente por los descubrimientos zoológicos procedentes de los rincones más lejanos del planeta, que por aquel entonces todavía era inmenso y estaba repleto de misterios (mucho más que en una sacristía). En segundo lugar, porque refleja parte de la historia taxonómica del tiburón duende, de las dificultades iniciales para ubicarlo en un taxón concreto: fue bautizado como Odontaspis, también como Mitsukurina, luego Scapanorhynchus, como sus parientes extintos, ya que se consideraba que las diferencias morfológicas no eran tan definitivas como para distribuirlos en diferente género. Posteriormente, tras un estudio más detallado, se llegaría a la conclusión contraria: que las diferencias sí eran importantes, de manera que el género Scapanorhynchus pasó a ser el de los tiburones duende extintos y Mitsukurina el del tiburón duende actual (dado que, además, no se encontraron rasgos con la suficiente entidad como para considerar la existencia de dos especies distintas, M. owstoni y M. jordani). 
      Para mantener el delicioso saborcillo antiguo, transcribo literalmente el texto original respetando grafías y tildes. Tan solo he corregido algunas erratas evidentes.

El nuevo "tiburón duende" japonés

     De vez en cuando va á sorprender el mundo de los zoólogos el anuncio de haber sido descubierto en aguas del Japón algún ejemplar ictiológico nuevo ó de remota antigüedad. Y ello ocurre con tal frecuencia, que los zoólogos han empezado á considerar dichos mares como una especie de reino de las maravillas, como un misterioso reservorio animal donde habitan extrañas especies, muchas de ellas de un tipo arcáico, hace muchos siglos extinguido en los restantes mares del mundo.
     En esas aguas suelen los pescadores japoneses capturar entre las mallas de sus redes un tiburón de aspecto tan grotesco, que le ha valido entre los indígenas el nombre de tenguzame ó tiburón duende. Uno de esos escualos es el llamado, científicamente, Mitsukurina Owstoni, en honor de los dos zoólogos que primero lo estudiaron, los profesores Kakichi Mitsukuri (japonés) y el naturalista Alan Owston, pero que hoy ha adquirido definitivamente el nombre de Scapanorynchus, que antes había sido aplicado á los dientes de las especies extintas de ese tipo de tiburón, descubiertas en las rocas del periodo cretáceo. Esta variedad era ya conocida desde hace doce ó catorce años, y si de ella nos ocupamos hoy, es como punto de comparación con otra variedad que acaba de ser descubierta en las mismas aguas, y que se ha bautizado con el nombre científico de Scapanorhynchus Jordani, para distinguirlo del Scapanorhynchus corriente.
     Como se observará en las fotografías adjuntas, este tiburón merece plenamente su apodo de duende; nada puede haber, en efecto, más fantástico que este pez, ni nada más grotescamente demoniaco que su cabeza. El ejemplar capturado, actualmente propiedad del Museo Nacional de Washington, mide desde el extremo de su protuberancia frontal hasta la punta de la cola unos tres metros y medio, pero, según todas las probabilidades, los mares japoneses tienen en su seno Scapanorhynchus J. un metro mayores. Los dientes son muy afilados, cortantes y corvos como la garra de un ave de rapiña. Su voracidad, á juzgar por los restos que se hallaron en el estómago del ejemplar capturado, es tan enorme como la de todos los escualos. Habita, para fortuna de los bañistas japoneses, en aguas profundas, y jamás se acerca á las orillas, aún cuando en ellas soliciten su apetito carnes abundantes y frescas. En cuanto á las diferencias morfológicas entre el tiburón Jordani y el Owstoni, basta contemplar las fotografías para advertir las dos más salientes. En primer lugar, la nueva especie se distingue por su menor desarrollo de las mandíbulas, y luego por la forma y colocación del ojo, que en el tipo Jordani se encuentra situado en el punto medio de la mandíbula superior, mientras que en el tipo Owstoni, se halla más hacia la parte posterior de la misma.
Por esos mundos, 1 de abril de 1910, pp. 545-46.

Curiosamente, unos años antes, el miércoles 8 de junio de 1904, el Correo de Galicia. Diario independiente de avisos y noticias ("Con censura eclesiástica", como el de la actualidad), ya se hacía eco de la presencia del extraño pez en aguas del Japón:

Tiburón japonés

     Los japoneses tienen en sus aguas un tiburón especial. Hace poco tiempo que se ha descubierto por un sabio zoólogo japonés, llamado Mitsoukoura, por lo cual al animal se ha dado el nombre de «mitsoukourina» [sic].
     Este tiburón vive á 600 metros de profundidad en el mar, lo cual explica que no haya sido conocido en tan largo tiempo.
     Se ha comprobado que es el último representante de una especie que vivió durante el período cretáceo, porque la conformación del animal conviene con los restos fósiles de un pez antidiluviano [sic] encontrados en las capas calcáreas.
     El mitsoukourina tiene una longitud de cuatro metros y un peso aproximado de 300 kilogramos.
     Los combates navales* parecen haber turbado á estos escualos en su quietud, porque se les ha visto aparecer varias veces á flor de agua, lo cual es un hecho sin precedente.

Quién les iba a decir a los curiosos lectores de Por esos mundos y de la prensa gallega que a apenas un puñado de leguas de la Corte (y a muy poquitas de Santiago) habitaban esos mismos bichos de aspecto tan terrible y antediluviano que aparecían allá por el Japón. Nosotros lo hemos podido comprobar: Encuentro con un duende.

[Para saber más sobre el tiburón duende (el actual), véase Tiburón duende (Mitsukurina owstoni).]

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*Posiblemente se refiere a la guerra ruso-japonesa de 1904-1905.

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