Diversidad, biología, evolución, ecología, pesca, conservación, evolución, con especial atención a las especies presentes en Galicia.

lunes, 24 de noviembre de 2014

En recuerdo de J. A. Moreno

Jaquetón del Estrecho (Carcharhinus acarenatus). Ilustración de J. A. Moreno.
Juan Antonio Moreno es un biólogo que al acabar sus estudios prefirió la investigación de campo a un puesto de penene en la facultad. A los veinticinco años consideró que ya estaba bien de hacer lo que sus profesores querían, y decidió ponerse a estudiar, por su cuenta y riesgo a los animales que desde siempre le habían atraído más: los tiburones. Más de uno pensará que para realizar tal sueño, Moreno se trasladó al Caribe. Esta suposición no es de extrañar, si se tiene en cuenta que en España ha estado prohibida oficialmente la existencia de tiburones en nuestras costas. Cosas del turismo. Sin embargo, las costas españolas están rodeadas de tiburones por todas partes. «También hay que aclarar que los tiburones», afirma Moreno, «no son esos asesinos de los mares que nos presentan en las películas». De todos modos, Juan Antonio Moreno conserva una aleta de bucear que le mordió un tiburón en una playa de Cullera, y en otra ocasión vio cómo un marrajo de unos tres metros de tamaño partía limpiamente a un pescador en dos mitades. Fue en el golfo de Vizcaya, durante la campaña del arenque. Estaban sacando una red del agua llena de peces y un pescador de origen norteafricano se tiró al agua. «De pronto vimos cómo se hundía y el agua se teñía de rojo. Luego vimos a un gigantesco marrajo por cuya boca asomaban las extremidades de aquella persona».
Benigno Varillas, El País, 4 de febrero de 1982¹.

Este mes de noviembre se han cumplido, silenciosamente, casi en secreto, al hispanico modo, 10 años de la muerte del profesor Juan Antonio Moreno, pionero en la investigación sobre los tiburones en este triste país y autor de la primera guía específica de tiburones en aguas españolas, Guía de los tiburones de aguas ibéricas, Atlántico Nororiental y Mediterráneo (ed. Pirámide, 1995). Como es natural, no ha habido mención alguna en la prensa, escrita o digital, ni en ningún blog o sitio web que conozca (cabe también la posibilidad de que yo no haya sabido encontrarlas). En realidad, lo triste es que la información que sobre Moreno hay actualmente disponible en toda la Red se reduce a tan solo un puñado de referencias bibliográficas, un obituario firmado por Joan Barrull, Isabel Mate y Alessandro de Maddalena y publicado en una revista científica croata, y un par de reportajes de Benigno Varillas: uno sobre jóvenes naturalistas españoles, publicado en El País hace más de 30 años, y otro, ya centrado en su figura, que no es más que el resumen de un artículo de la revista Quercus cuyo original incluye una breve y emocionada nota de despedida de Joan Barrull e Isabel Mate. Fotos, casi ninguna, excepto las de pequeño tamaño que aparecen aquí.

Juan A. Moreno pertenece a la segunda generación de grandes naturalistas y divulgadores de nuestro patrimonio natural, junto con los Araújo, Grande del Brío, Garzón, Varillas, etc., surgida hacia finales del franquismo bajo el inmenso paraguas de Félix Rodríguez de la Fuente. Todos ellos nombres muy cercanos y familiares para quienes como quien esto escribe crecimos devorando los primeros números de Quercus y de Natura junto con el bocadillo de la merienda a la salida del colegio, y más tarde, ya sin bocadillo, empezando el instituto. A unos les apasionaban los lobos, a otros las aves rapaces, a algunos la ecología en general, y a él, los tiburones.

Su pasión por estos animales fue tan intensa que, tras licenciarse en Ciencias Biológicas por la Complutense en 1976, se permitió el lujo de rechazar un puesto de profesor no numerario en el Departamento de Zoología de esta universidad, dirigido en aquel momento por Francisco Bernis, el fundador de la SEO, pues a él lo que le iba era la investigación de campo:
Juan Antonio Moreno era una persona única e irrepetible: vital, activa, inconformista, luchadora, de fuerte carácter, decidida, valiente, independiente, rebelde... [...] Una decisión que en su juventud le hizo atreverse a sumergirse en una almadraba sin haber tenido experiencia previa en inmersión. Una rebeldía que le llevó incluso a enfrentarse con Bernis al rechazar una oferta para estudiar cigüeñas, porque él lo que deseaba era dedicarse al estudio de los tiburones.²
Con un jaquetón del Estrecho.
(Foto tomada de Quercus).
Y efectivamente a ello se dedicó en cuerpo y alma, con un intenso trabajo de campo buceando y recorriendo lonjas. Con los beneficios que obtenía con sus ilustraciones —"seguramente ha sido uno de los mejores ilustradores naturalistas de este país, si no el mejor"³— se embarcaba en marrajeras durante largas temporadas para estudiar los tiburones más de cerca. Y así, llevado por una pasión y energía envidiables, dio comienzo a una intensa labor científica y divulgativa, dirigiendo trabajos, tesinas y tesis doctorales, publicando numerosos artículos y libros, participando activamente en congresos internacionales y formando parte de diversos grupos de trabajo, que le llevó a convertirse no solo en un pionero en su país, sino en un especialista de talla internacional. Llegó incluso a describir una nueva especie de carcharhínido, su "niño", el jaquetón del Estrecho (Carcharhinus acarenatus, Moreno & Hoyos, 1983).
En 1982 se doctoró con un proyecto que recibió la máxima calificación, Revisión del género Carcharhinus en el Atlántico nororiental y Mediterráneo occidental. Entre  sus títulos figura un libro actualmente imposible de conseguir, Jaquetones: tiburones del género Carcharhinus del Atlántico Nor-oriental y Mediterráeo occidental, publicado en 1982 por la Secretaría General de Pesca Marítima del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Fue miembro del Grupo de Trabajo Europeo de Elasmobranquios, fundador del Grupo de Investigación Ictiológica de los Chondrychthyes, Euselachii y Socio Fundador de la Sociedad de Ictiología Ibérica, como se indica en su Guía. Como curiosidad, fue uno de los primeros científicos en medir un tiburón blanco de más de 8 m:
... en el año 1982, el Dr. J. A. Moreno tuvo la posibilidad de observar y hacer una medición aproximada (en pies) a una hembra, de una longitud mínima de entre 8 y 9 metros, desembarcada en Dakar (Senegal). Desgraciadamente, el registro de la talla del individuo observado no tiene ninguna validez científica al no haber podido realizar una biometría correcta al animal, debido a la situación azarosa con os propietarios del ejemplar, ni, consecuentemente, haber podido preparar la correspondiente comunicación.
Con toda justicia, Moreno no incluyó este registro en su propia guía.

Como muchos otros grandes personajes de este extraño país, el suyo era un destino trágico. En 1984, a su regreso del primer encuentro general de la Sociedad catalana de ictiología y herpetología celebrado en Sitges, sufrió un gravísimo accidente de coche que lo dejó atado a una silla de ruedas durante los últimos 20 años de su vida. La tetraplejia cercenó, de un tajo frío y seco, el ímpetu de su trayectoria vital y profesional, todos sus proyectos y ambiciones. Tenía 32 años. "Entonces pasó de una arrolladora actividad a tener que superar mil y una penalidades para seguir adelante malamente", cuenta Varillas. "Los dedos de las manos no le respondían apenas, pero con un hilillo de movimiento que le quedaba, aprendió a escribir con un puntero letra a letra y a dibujar con el ordenador. También a manejar un artilugio con el que podía sostener un cigarrillo y llevárselo a la boca".
Pero una extraordinaria fuerza de voluntad le empujó a seguir adelante, estudiando, escribiendo y publicando sobre los tiburones y dando conferencias. En 1991 obtuvo su doctorado en biología con la tesis Lamnidae y Alopiidae (Chondrichthyes, Euselachii) del Atlántico Oriental y Mediterráneo Occidental: Sistemática, biología y aspectos pesqueros, dirigida por Bernis; ocasionalmente colaboró con el Dr. J. Cassey, de la NOAA, en la taxonomía e identificación de tiburones de aguas profundas del Atlántico NW; dirigió el grupo de investigación ictiológica de la cátedra de vertebrados de la UCM, etc. De estos años data un CD-ROM hoy inencontrable, ¡Tiburón! Una leyenda viva, así como su extraordinaria guía de tiburones, ilustrada con sus propios dibujos hechos con ordenador.

Hasta que su cuerpo se debió de cansar de luchar contra si mismo y contra el destino, y dijo basta. Ocurrió el 9 de noviembre de 2004.


Resulta tentador terminar este pequeño artículo diciendo, como el título del CD-ROM, que Juan Antonio Moreno García es, como sus tiburones, una leyenda viva. Quedaría perfecto, como un centro de crisantemos delante del nicho recién lavado, pero no sería justo. Desgraciadamente, el profesor Moreno no es leyenda viva para nadie salvo, acaso, para sus amigos y allegados, y para un puñado de extravagantes. Todo lo demás es silencio. En otro lugar ya le hubieran publicado, al menos, una cuidada biografía en la Wikipedia, con fotografías y reseñas de sus publicaciones, de su actividad científica, etc. Aquí, ni eso.
Todos los que hemos trabajado con tiburones en este país, y también en el extranjero, le debemos mucho de lo que sabemos.
Dos imágenes con su "niño", el Carcharhinus acarenatus. (Foto: Juan Antonio Moreno).
En lo personal, Juan A. Moreno es uno de los nombres que permanecerá para siempre ligado a mis primeras y, por eso mismo, más apasionadas lecturas "científicas" con y sin comillas sobre la naturaleza y, muy particularmente, sobre los tiburones. Entonces no pocos niños y adolescentes teníamos sueños de ecología, gracias a toda esta gente. Todavía guardo como un tesoro el nº 4 de Natura, de junio de 1983, (en realidad conservo todos los ejemplares de aquellos primeros años de la revista, cuidadosamente encuadernados en sus tapas verdes). Entre sus contenidos figura un reportaje sobre Greenpeace, "Los guerreros del Arco Iris", y un artículo sobre la Aurora Boreal; su sección de Ecos recoge la noticia de la primera cría en cautividad del águila real, el proyecto del Ejército del Aire para crear un campo de tiro en Cabañeros, y el daño irreversible a una colonia de buitres Negros en Sierra Morena causado por el aterrazamiento de 500 hectáreas de monte bajo mediterráneo por parte del ICONA; y como colofón, un póster del tiburón blanco con un reportaje titulado "Tiburón, un pez con mala fama", firmado por Juan Antonio Moreno. Me había costado 160 pts, que evidentemente pagaron mis padres; hoy, para mi, no tiene precio.

____________________________

=>ACTUALIZACIÓN A 26 DE ENERO DE 2016: Hace unos días recibí una carta muy especial, hermosa y conmovedora. Venía firmada por una persona de la que nunca había oído hablar, alguien que por casualidad acababa de encontrarse con este blog y con este artículo, cuya lectura simplemente la había emocionado: una vieja amiga de Juan Antonio Moreno. No hace falta explicar todo lo que sentí al leer aquellas palabras tan llenas de cariño y de afecto, aparte de una profunda gratitud por tan inmerecido honor.
Con el permiso de su autora, Lola Sequeira, quiero reproducir aquí la parte más importante de aquella carta, pues además de ayudarnos a completar el retrato del profesor Moreno con unas pinceladas sobre su calidad humana, considero que en realidad su verdadero destinatario no soy yo, naturalmente, sino su gran amigo.
"Juan Antonio era una persona maravillosa, irradiaba luz, como algunos de esos impresionantes tiburones que él tanto amaba.
Le conocí hace muchos años, cuando empezó la carrera, él era unos años mayor que yo. Mantuvimos el contacto hasta el final, nos unía una gran amistad, con mucho cariño, le recuerdo mucho, un cuadrito suyo, a boli bic negro, alucinante! está en mi pequeño salón.
Si alguna vez se le hiciera un homenaje, querría asistir."
Es obvio que esto no fue hecho para hacerse público. Pero como la propia Lola me indica en un e-mail posterior: "Ningún inconveniente en que incluyas mis palabras recordando a Juan Antonio, al revés, un gran honor, de saberlo quizás las hubiera preparado, pero ahora, al leerlas, me gusta que sean tan sinceras, sencillas, directas, justo como Juan Antonio y yo solíamos hablar." Como regalo (uno más) de Lola Sequeira, aquí tenéis el dibujo a boli Bic negro, de 11x18 cm, que demuestra, entre otras cosas, la maestría de su autor. Es una recreación de uno de los grandes grabados de Gustave Doré para Don Quijote: Don Quijote, en cama después del espanto gatuno.

____________________________________
¹"Los pioneros de la observación de la naturaleza (y 2): Félix Rodríguez de la Fuente popularizó la labor anónima de muchos naturalistas". El País, jueves 4 de febrero de 1982, p. 25.
²Joan Barrull e Isabel Mate. "El sargento Tiburón", en Quercus, enero de 2005, p. 8. El mote "sargento tiburón" se lo ganó Moreno durante su servicio militar.
³Ibíd.
Hoy el C. acarenatus está considerado una sinonimia del jaquetón cobre (Carcharhinus brachyurus). Véase Leonard J. V. Compagno (1984). FAO Species Catalogue. Vol. 4. Sharks of the World,, Part 2: Carcharhiniformes. FAO, Roma.
Sin embargo, según recoge el propio Moreno en su guía, a diferencia del C. brachyurus, el C. acarenatus presenta pliegues labiales compuestos, no simples, y carece de carena interdorsal. Parece que Compagno ni siquiera se ha tomado la molestia de estudiar el holotipo y los paratipos depositados en la Complutense, según Joan Barrull, Isabel Mate & Alessandro De Maddalena (2004). "Obituary: Juan Antonio Moreno García, 1952-2004". Annales, Series Historia Naturalis, 14, 2, 275-279.
Joan Barrull & Isabel Mate (2002). Tiburones del Mediterráneo. Llibreria El Set-ciènces, Arenys de Mar, p. 153.
Benigno Varillas. "Juan Antonio Moreno, pionero en el estudio de los tiburones". Quercus, nº 227, enero 2005, pp. 6-8.
Para que os hagáis una idea, este es la descripción de su contenido: "La obra está organizada en varias secciones. Consta de una introducción, una revisión arqueológica de los tiburones, un índice temático variado que incluye temas de anatomía externa e interna así como datos bioecológicos generales de los selacios. También encontraremos un índice sistemático que analiza las familias de tiburones y sus especies, así como la descripción de las 88 especies conocidas en el área antes reseñada [se refiere al Atlántico nororiental y Mediterráneo]". Tomado de la página marenostrum.org.
Joan Barrull, Isabel Mate, Quercus, enero 2005. 
Por si alguien desea compararlo con el original,



domingo, 16 de noviembre de 2014

Dos buenas noticias y media

Cornudas negras (Sphyrna lewini).
Esta semana pasada nos han llegado tres noticias relativamente esperanzadoras referidas a la ampliación de medidas legales de protección a los tiburones. Los pesimistas dirán que esto no va a servir para nada; los realistas, que de muy poco a menos que disminuya la demanda; y los optimistas empedernidos, pues que son buenas noticias. Como a estas alturas uno ya no sabe bajo qué choza cobijarse, pues nos quedaremos en una posición intermedia, sujetando un diminuto paraguas bajo el chaparrón.
Originalmente, este pequeño artículo iba a titularse "Tres buenas noticias", pero lo que hoy mismo hemos conocido nos ha hecho rebajarlo medio punto (en efecto, solo medio punto)... en un arrebato de optimismo dominguero. Pero que el lector juzgue por si mismo.

I. Protección para 21 tiburones y rayas bajo la CMS.

Tras varios días de difíciles negociaciones, la 11ª Conferencia de las Partes, el principal órgano de toma de decisiones de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS), también conocida como Convenio de Bonn, celebrada en Quito el pasado 4-9 de noviembre, ha acordado la inclusión de 6 especies de tiburones en el Apéndice II.
  • Tiburones zorro. Las tres especies, Alopias pelagicus, A. superciliosus y A. vulpinus, a propuesta de la UE.
  • Jaquetón sedoso (Carcharhinus falciformis), a propuesta de Egipto.
  • Tiburones martillo. Dos especies, el tiburón martillo (Sphyrna mokarran) y la cornuda negra (Sphyrna lewini), a propuesta de Ecuador y Costa Rica.
En teoría, esto compromete a todas las partes (más de 120 países) a implementar mecanismos de protección y planes de gestión sostenible para estas especies, tanto a nivel local, dentro de sus respectivas aguas territoriales, como internacional, estableciendo acuerdos con otros países, o a través de organismos como el CITES, etc. Su pesca sostenible está permitida, pero en caso de que estas medidas resulten ineficaces o no se lleven a cabo como es debido, podrían acabar siendo incluidas en el Apéndice I, mucho más restrictivo, puesto que afecta a las especies migratorias severamente amenazadas de extinción en toda o parte de su área de distribución.
Además de estos tiburones, se ha aprobado la inclusión de 15 especies de Rajiformes, peces sierra (Pristis) y mantas (Manta y Mobula), en los Apéndices I y II.


II. La UE amplia el TAC=0 para tiburones de aguas profundas.

El pasado lunes 10, el Consejo de Ministros de Pesca decidió ampliar dos años más el TAC=0 de tiburones de aguas profundas. Es decir, que las pesquerías de estas especies permanecerán cerradas durante el 2015 y el 2016. Como ya os podéis imaginar, España y Portugal se opusieron, pero parece que ganó la cordura.
No hace falta decir que los demás acuerdos han resultado una tomadura de pelo. Nada menos que en 12 de 19 stocks se establecen topes de captura muy por encima de las recomendaciones de los científicos. Los ministros de pesca tienen algún tipo de relación inconfesable con el dinero y los grandes grupos de presión de la pesca industrial.
“La decisión tomada por el Consejo de fijar unos límites de captura superiores a los recomendados por los científicos, para 12 de los 19 stocks, no solo está lejos de ser responsable sino que va directamente en contra de los principios de la nueva Política Pesquera Común” afirma Lasse Gustavsson, director ejecutivo de Oceana en Europa. “Los ministros de pesca hacen caso omiso de que su obligación de explotar el mar de forma responsable también se aplica a las profundidades”.
Oceana considera que los ministros han desdeñado recomendaciones clave de los científicos: cierres de pesquerías de dos stocks de granadero y besugo,  reducciones de capturas de sable negro y alfonsinos, e incrementos moderados de capturas de brótola de fango. En el lado positivo, el Consejo de ministros de pesca ha acordado mantener la prohibición de capturas para los tiburones de profundidad y el reloj anaranjado, en estado de agotamiento. Una nueva especie, el granadero de roca, se gestionará mediante límites de capturas, aunque Oceana critica que estos límites se han fijado sin base científica.

Marta Madina, Oceana. Nota de prensa del 11 de noviembre.

III. La NEAFC prohíbe el finning y protege tres tiburones.

En su última reunión en Londres, la Comisión de Pesca del Atlántico Nororiental (NEAFC, en sus siglas en inglés) acaba de acordar que todos sus miembros apliquen la política de aletas adheridas que ya rige para la flota comunitaria desde el pasado julio. Es decir, que a partir de ahora países como Rusia, Dinamarca (por Groenlandia y las islas Feroe), Noruega e Islandia deberán descargar los tiburones con las aletas adheridas al cuerpo.
Además, se amplía la prohibición de pesca del cailón (Lamna nasus), el tiburón peregrino (Cetorhinus maximus) y la mielga (Squalus acanthias). Se ha acordado también la adopción de medidas relativas a la recopilación de datos y la reducción de las capturas accidentales de tiburones.
Otro acuerdo sumamente importante es la prohibición de las artes de fondo en seis zonas de los bancos de Hatton y Rockall con el fin de proteger las comunidades de corales y esponjas. La pena es que esta medida no se va a aplicar en otras zonas sumamente sensibles, tal como proponía la comunidad científica.
Como viene siendo habitual, si para los tiburones, las noticias son esperanzadoras, habiendo prevalecido, en general, los criterios científicos sobre los económicos, otras especies no han tenido tanta suerte. No ha habido acuerdos sobre cuotas y límites de capturas para especies como el arenque, la caballa, el lirio, y, lo más preocupante, para especies de profundidad sumamente vulnerables como el reloj anaranjado, aunque sí, en cambio, para el eglefino (que algo es algo).

Palangrero japonés descargando tiburones congelados en Las Palmas, cuerpos por un lado y aletas por otro. Foto: Oceana.
Pero como no todo van a ser buenas noticias, hoy hemos sabido que gracias a la vergonzosa ineptitud, sincera, interesada o una mezcla de ambas, de los representantes de la UE en el ICCAT (siglas inglesas de la Comisión para la Conservación del Atún Atlántico), la política de aletas adheridas solo la va a seguir la flota comunitaria y algún que otro país despistado. Ha bastado la oposición de países como Corea, China y Japón, para que el proyecto inicial de ampliación de esta medida anti-finning a todas las 49 partes se fuese al garete.
En el fondo, no es sorprendente, conociendo como conocemos el funcionamiento de la UE y, por supuesto, de la propia ICCAT, a quien no en vano se le conoce internacionalmente como "The International Conspiracy to Catch All Tuna" ('Conspiración Internacional para la captura de todo el atún', por si hiciese falta traducirlo).
Tampoco se han adoptado límites de captura para dos especies que figuran en el Apéndice II de la CMS, el marrajo (Isurus oxyrinchus) y el cailón (Lamna nasus), gracias a la oposición de países como Japón (evidentemente), Uruguay, Noruega y Brasil para el primero, y de Canadá para el segundo. En estos momentos, Japón está literalmente limpiando de cailones todo el Atlántico, ayudados por los canadienses.

Todo muy triste.


miércoles, 5 de noviembre de 2014

Tiburón de Groenlandia (Somniosus microcephalus)

En la cubierta del Coral entrando en Corme. Foto: Antón Parada.

Tiburón de Groenlandia

Somniosus microcephalus (Bloch & Schneider, 1801)

(es. Tiburón o tollo de Groenlandia, tiburón boreal; in. Greenland Shark; port. Tubarao-da-Groenlândia.)

Orden: Squaliformes
Familia: Somniosidae

Ocurrió el 20 de junio del 2006. El Coral, un pesquero de Riveira que faenaba a la pareja con el San Martín de la Mar a la altura de las islas Sisargas, se encontró un extraño tiburón atrapado en la red. Medía unos 3 metros, era de color oscuro, morro un tanto romo, y tenía unos dientes muy pequeños. Nadie había visto nunca una cosa parecida ("Es el animal más raro que he visto en los 25 años que llevo faenando", admitía el patrón). Quiso la suerte que uno de los tripulantes fuese Antón Parada, que además de gran fotógrafo es un tipo cuya curiosidad innata por todo lo que le rodea lo ha convertido en un profundo conocedor del mundo natural (y, por encima, es amigo de este blog); fue él quien sugirió ponerse en contacto con la gente de la CEMMA, con quien suele colaborar, quienes a su vez avisaron a la SGHN. Una vez desembarcado en Corme, se procedió a su identificación: un macho de tiburón de Groenlandia; medía 330 cm y pesaba 300 kg¹. Y el primer registro del Somniosus microcephalus en aguas de Galicia.

Personal de la SGHN tomando biometrías en Corme. Foto: SGHN-CEMMA.
Un segundo y último registro, que conozcamos, se produjo casi dos años después, el 30 de marzo de 2008, cuando en la playa de Ézaro, Dumbría, apareció el ejemplar de la fotografía, ya bastante deteriorado, como se puede apreciar. Según la prensa, medía metro y medio², aunque en la foto parece un poco mayor.

Praia de Ézaro, 30-III-2008. Foto: Rubén Prieto, surfcostadamorte.blogspot.com
El depredador somnoliento. El tiburón de Groenlandia es el mayor depredador de nuestras aguas, con permiso del tiburón blanco, a quien seguimos esperando con ilusión. Su nombre científico, que podríamos traducir como "dormilón de cabeza pequeña", responde solo en parte a la realidad. Su cabeza no es, en efecto, muy grande que digamos; y en cuanto a somniosus, es verdad que apenas opone resistencia cuando se le pesca, como si fuese demasiado perezoso o estuviese demasiado adormilado para siquiera luchar por su vida. Pero en lo demás lo que hay es un poco de exageración. Aunque el bicho no es ciertamente un cohete —se trata, de hecho, de uno de los tiburones más lentos del océano, sin embargo es capaz de realizar cambios repentinos de velocidad, bien para dejar atrás a un buzo que le está incordiando, bien para, en determinadas circunstancias, tender una emboscada a una foca. Suele desplazarse a una velocidad media de 0,3 metros por segundo (aproximadamente 1 km/h), pero en el golfo de San Lorenzo se le ha observado alcanzando puntas de velocidad que superarían con creces el metro por segundo (3,6 km/h).
Como curiosidad, este admirable cazador de aguas gélidas está dotado de un sistema anticongelante extraordinariamente efectivo: en sus tejidos acumula grandes cantidades de urea y, especialmente, de óxido de trimetilamina, sustancia resultante de la degradación metabólica de las proteínas y los aminoácidos. Esto hace que su carne, además de exhalar un olor repugnante, resulte sumamente tóxica: si se consume fresca, sin tratar, las consecuencias pueden ser muy desagradables, desde fuertes diarreas y convulsiones hasta la muerte si la ingesta ha sido elevada.


Descripción: El tiburón de Groenlandia es un animal corpulento de rasgos un tanto toscos. Tiene un cuerpo grueso, cilíndrico y de piel áspera, particularmente en los costados, debido unos dentículos dérmicos de fuertes cúspides erectas y ganchudas; las aletas son muy pequeñas, salvo la caudal, y el morro es corto y ampliamente redondeado. Las narinas son transversas y se encuentran en posición bastante adelantada; tiene una boca poco arqueada, casi recta, ojos pequeños y redondos, espiráculos de tamaño mediano situados detrás y por encima de los ojos, y 5 pares de aberturas branquiales muy cortas situadas delante de las pectorales.
Las dos dorsales son bajas y alargadas, y carecen de espinas; la primera, un poco más grande que la segunda, se origina hacia la mitad del dorso, más próxima a las pectorales que a las pélvicas; la segunda, aproximadamente sobre la axila pélvica. La aleta caudal presenta el lóbulo inferior bien desarrollado y el terminal diferenciado; quillas laterales presentes en su base. Como todos los Squaliformes, carece de aleta anal.
El color varía del gris muy oscuro, casi negro, a marrón oscuro uniforme o con manchas con estas tonalidades; puede presentar bandas transversales oscuras.
A menudo, estos tiburones, sobre todo los que habitan en aguas árticas, presentan un copépodo parásito incrustado en cada ojo, el Ommatokoita elongata —aproximadamente el 90% de los ejemplares del Ártico están parasitados frente al 10% de zonas como el golfo de San Lorenzo. Se especula con la posibilidad de que se trate de una suerte de parasitismo simbiótico, pese a los graves daños que causa en la córnea del huésped: el copépodo, al ser bioluminiscente, serviría de cebo para atraer a las presas en la oscuridad del mar profundo. Parece tratarse de una mera hipótesis sin demasiado fundamento.

Somniosus microcephalus con un copépodo incrustado en el ojo. Fuente: Discovery UK.
Dentición: Dimorfismo dentario. Los dientes superiores (35-39 filas), dispuestos en varias hileras funcionales, son lanceolados, con cúspides estrechas y afiladas, mientras que los inferiores (45-57 filas) son anchos, de raíz alta y cúspide larga y abatida, y se encuentran imbricados formando una especie de filo dentado a modo de sierra. No es difícil imaginar que los primeros sirven para sujetar la presa y los segundos para trocearla con movimientos circulares de su cabeza.
Izq. dientes superiores; drcha., inferiores. Fuente: J-elasmo.
Foto: Antón Parada.
Talla: En general, aunque los adultos rondan los 300-450 cm, el tiburón de Groenlandia puede superar los 640 cm, llegando posiblemente hasta los 730 cm. La talla al nacer es de unos 40 cm.
Los machos son maduros a partir de los 300 cm aproximadamente; las hembras, desde los 450 cm. 

Reproducción: Poco conocida. Vivíparo aplacentario (ovovivíparo) con saco vitelino. Durante la gestación el embrión depende exclusivamente de las reservas de alimento del saco vitelino; cuando se agotan, éste se reabsorbe y el embrión está preparado para el parto. Las camadas pueden ser de, al menos, 10 crías. Tal es el número de embriones hallados en uno de los úteros de una hembra de 5 metros: medían alrededor de 37 cm y se sabe que estaban a término porque el saco vitelino ya se había absorbido. El periodo de gestación probablemente supera los 12 meses, y hay quien dice que puede ser incluso superior a dos años, como otras especies de aguas profundas, habida cuenta de que los procesos metabólicos se ralentizan a temperaturas bajas.

Tasa de crecimiento y longevidad. La tasa de crecimiento es seguramente muy baja. Dos individuos recapturados al cabo de 16 y 14 años en libertad tan solo habían crecido 8 y 16 cm respectivamente, lo que arroja una tasa anual de crecimiento de entre 0,5 y 1,1 cm... Si en posteriores trabajos se comprueba que estas cifras son significativas, podríamos estar ante uno de los vertebrados más longevos de la Tierra: un individuo de 6 m podría tener cerca de 200 años. Como récord no está mal, pero las implicaciones para su conservación son bastante más serias: pensemos que, por ejemplo, una hembra podría tardar hasta 100 años en alcanzar la madurez, es decir, en estar lista para reproducirse.
      [Actualización a 24-IX-2016]. En agosto de 2016 se publica un trabajo basado en la datación por radiocarbono del núcleo del cristalino de 28 hembras capturadas en Groenlandia que concluía que este tiburón no sólo puede llegar a vivir unos 400 años, sino que tarda unos 156 años en llegar a la madurez (véase La edad del tiburón de Groenlandia). De confirmarse estos datos, las perspectivas de futuro de este extraordinario depredador son más negras que el abismo donde vive.

Foto: NOAA
Dieta: El Somniosus microcephalus come de todo, no le hace ascos a nada, es el sueño de cualquier abuela galaica. Su dieta es extraordinariamente variada, como corresponde a un voraz depredador oportunista. Cualquier bicho que por cualquier circunstancia sea arrastrado al mar es susceptible de convertirse en comida. Llevado por su fino olfato, el tiburón de Groenlandia se concentra en grandes números en las áreas donde se desarrollan actividades balleneras o pesqueras, convirtiéndose, en ocasiones, en algo más que un incordio.
A pesar de tratarse de un tiburón lento, el análisis de contenidos estomacales demuestra que es capaz de capturar presas bastante activas. Se han encontrado peces (fletán, salmón atlántico, arenque, bacalao, capelán, granadero, eglefino, abadejo, maruca, pez lobo, rayas, anguilas, etc.), invertebrados (crustáceos, gasterópodos, medusas, calamares, erizos de mar, etc.) y mamíferos marinos (focas y pequeños cetáceos como narvales, belugas y marsopas, muchas de estas especies tal vez ingeridas como carroña)... y alguna que otra ave marina. Parece mostrar una cierta especialización en las focas, a las que acecha oculto en el fondo para abalanzarse sobre ellas mientras duermen, según ciertas teorías. Diversos programas de marcado han descubierto que con frecuencia este tiburón se desplaza hacia la superficie en áreas de elevadas concentraciones de foca híspida (Pusa hispida), a las que da caza mediante emboscadas. También se ha visto implicado en ataques a diversas especies de pinnípedos de Sable Island, en la costa atlántica canadiense.

NDR Naturfilm/Studio Hamburg DocLights /GEO.
La carroña constituye una de sus principales fuentes de alimento; algunos sostienen que es una especie primordialmente carroñera. En sus estómagos se han encontrado restos de renos, de osos polares y de caballos, y también una pierna humana calzada con una bota de esquimal. Hace pocos meses apareció en una playa de Terranova un pequeño ejemplar medio moribundo de dos metros y medio de longitud que se había atragantado con un trozo de alce, que, con toda probabilidad, alguien había tirado al mar³.
No se han constatado ataques a personas, aunque existe una leyenda de una familia de nativos que fue atacada durante una plácida excursión en kayak; según cuentan, tuvieron que arrojar al mar a un bebé para distraer al tiburón y así poder salvarse. En 1940 parece ser que un guarda sufrió el "acoso" de otro tiburón mientras caminaba por un bloque de hielo en el golfo de San Lorenzo.

Hábitat y distribución: Habitante de la plataforma y talud superior continental e insular hasta posiblemente los 2647 m. Le gustan las aguas bien frías, entre los 0,6 y los 12ºC.
Durante los meses más fríos puede internarse en estuarios y bahías de aguas someras, mientras que en primavera y verano retorna a aguas más profundas. Puede desplazarse hacia latitudes más bajas, incluso tropicales, siguiendo corredores de aguas muy frías a gran profundidad. Así se explican las imágenes de Somniosus deslizándose lentamente a pocos metros del fondo en el golfo de México tomadas por vehículos de control remoto a 2647 m.

Elaboración propia a partir de Ebert et al., 2013 y www.geerg.ca
Se encuentra en aguas del Atlántico norte y océano Ártico, con registros en principio esporádicos en aguas más meridionales: Galicia y Portugal, Madeira e incluso las islas Canarias, y también Florida y Golfo de México.

Pesca y conservación: Históricamente hubo en Groenlandia, Islandia y Noruega una pesquería del tiburón de Groenlandia con el objetivo de extraer el aceite de su enorme hígado. A mediados del XIX se descargaron, solo en Groenlandia, entre 2000 y 3000 ejemplares por año, y a principios del siglo XX, las capturas de los tres países podían llegar hasta los 32 000. El pico se alcanzó en 1934, con un total de 17 201 hectolitros de aceite descargado. Aunque estas pesquerías se terminaron en 1960 debido principalmente a la caída del precio del aceite, en la década siguiente el gobierno noruego subvencionó una serie de campañas destinadas a reducir el número de estos tiburones, que se consideraban una plaga para otras pesquerías. En 1999 el total de capturas reportadas a la FAO fue de 51 toneladas.
Entre las gentes del norte, como los esquimales, los islandeses y (algunos) noruegos, su carne también se aprovecha para consumo humano y para alimento de los perros de trineo, a pesar de su elevada toxicidad. Para ello, debe ser cuidadosamente tratada, bien cociéndola varias veces, bien sometiéndola a un largo proceso de fermentación y curadocon el que se consigue el famoso hákarl o "tiburón fermentado", una repugnancia que se elabora y consume en ciertas zonas de Islandia y Noruega.
En la actualidad es una captura accidental, por ejemplo en las pesquerías de arrastre del fletán y la gamba. Su pesca está prohibida en la UE (TAC=0).



Figura en las Lista Roja de la IUCN con el estatus de Casi amenazado, con la advertencia de la necesidad de elaborar un análisis de los datos históricos de capturas a fin de determinar si se han producido descensos de sus poblaciones a consecuencia de la actividad pesquera, así como de la urgencia de monitorizar las capturas accidentales en el Ártico y Atlántico norte.

Foto: Antón Parada

[Como siempre, mi agradecimiento a Tucho Parada y a Juan Ignacio, de la SGHN, que amablemente han cedido sus fotos.]

=> Véase también Dormilón (Somniosus rostratus).
________________________
¹"Tras practicársele la necropsia in situ, y dado que se trata de una especie poco habitual, se optó por realizarle una dermoplastia, técnica que consiste en la realización de unos moldes corpóreos para luego hacer una reproducción a tamaño natural, que era realizada ayer en las instalaciones de la Casa do Coronel en el cuartel de Sánchez Aguilera. El objetivo de los investigadores que se encargan del estudio del curioso escualo es intentar conservar el cráneo y las características mandíbulas del animal." El Correo Gallego, 23 de junio de 2006.
Fuente: El Correo Gallego, 23-VI-2006.
Como curiosidad, en un primer momento periódicos como La Voz de Galicia del 21 de junio dijeron que se trataba de una cañabota, aunque al día siguiente ofrecieron la información correcta.
²"Asimismo, en la playa de O Ézaro (Dumbría) aparecieron ayer por la mañana los restos de un tiburón gata de un metro y medio de longitud. El escualo mostraba signos de descomposición y podría llevar ya varios días muerto en el agua." La Voz de Galicia, 31 de marzo de 2008.
No hace falta decir que de "tiburón gata" el bicho tiene poco.
³El animal tuvo la fortuna de que un par de buenos samaritanos apareciesen por allí justo a tiempo: lograron arrancar la masa de carne y piel que sobresalía de su boca y empujarlo mar adentro. En esta página de Montevideo podéis encontrar una crónica en castellano.
David A. Ebert, Matthias F. W. Stehmann (2013). FAO Species Catalogue for Fishery Purposes: Sharks, Batoids and Chimaeras of the North Atlantic. FAO, Roma; David A. Ebert, Sarah Fowler, Leonard Compagno, Marc Dando (2013). Sharks of the World: A Fully Illustrated Guide. Wild Nature Press, Plymouth, y <www.geerg.ca>.
En Canarias fue descubierta su presencia en un muestreo realizado en 1986. Para Madeira, véase Mafalda Freitas & Manuel Biscoito (2007). "Four chondrithyes new for the archipelago of Madeira and adjacent seamounts (NE Atlantic Ocean)". Bocagiana. Museu Municipal do Funchal (História Natural), No. 221, 31-XII-07.
La confirmación de su presencia en el Golfo de México es reciente. Si bien existen imágenes bastante pobres de un animal que pudiera ser un Somniosus, tomadas en 2001 por un robot submarino que operaba a 2657 m en el cañón de Alaminos, frente a las costas de Texas, no fue hasta agosto de 2013 cuando se produce el primer registro: un bicho de 367 cm capturado a una profundidad de 1749 m durante una campaña científica. <https://deep-c.org/news-and-multimedia/in-the-news/deep-c-scientists-capture-first-greenland-shark-in-the-gulf-of-mexico>
Véase <http://www.fao.org/fishery/species/2033/en>
El método tradicional consiste en enterrar los trozos de carne en grava y arena dejando que se pudran y fermenten durante 6-12 meses más o menos; luego los cortan en tiras y los cuelgan a secar durante varias semanas más. Dicen que el olor es mucho más nauseabundo que el sabor, pero que solo es cuestión de acostumbrarse. Si algún lector lo prueba y sobrevive, que nos lo cuente.